#diocesisdecelaya @diocesis_celaya VIDEO Lo más valioso de la humanidad es la familia, dice Cardenal Urosa sobre Sínodo

VATICANO, 25 Oct. 15 (ACI).- El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino, afirmó que “lo más valioso de la humanidad es la familia”, al evaluar el Sínodo de los Obispos sobre este importante tema que concluyó hoy y que ha reunido a 270 obispos de todo el mundo para reflexionar al respecto bajo la guía del Papa Francisco.

En el programa “Sínodo sobre la Familia” del canal católico EWTN transmitido ayer, el Cardenal señaló que este evento ha sido muy importante porque tuvo “como centro lo más valioso de la humanidad que es la familia. Es lo más valioso tanto para la sociedad como para la persona”.

“El tesoro más grande que puede tener una persona es una buena familia, y en ese sentido la Iglesia está trabajando permanentemente y en momentos en los que estamos en un cambio de época en el mundo entero”, dijo luego.

Sobre la marcha del Sínodo, el Arzobispo de Caracas comentó que “ha sido muy buena, porque los que estamos allí somos personas que amamos a Dios, que amamos a la Iglesia, que tenemos Espíritu de comunión y estamos unidos con el Papa en este esfuerzo por ver un poco la realidad de la familia en el mundo y diseñar líneas de acción por parte de la Iglesia, para ayudar, defender y promover a la familia”.

Tras comentar que con el documento final dado a conocer ayer se espera que el Santo Padre escriba un documento que permita dar una serie de orientaciones para la Iglesia, el Cardenal Urosa fue enfático al comentar que en el Sínodo no ha habido un clima de enfrentamientos.

“No. Eso siempre se exagera se exagera un poco. No ha habido enfrentamientos, grupos ni facciones. No ha habido momentos de conflicto de ninguna manera. Simplemente diversas opiniones sobre diversos temas y eso es normal”.

Para el Purpurado venezolano, esto último es “uno de los aspectos hermosos del Sínodo y hermosos de la Iglesia, porque en lo que nosotros podamos discutir ahí tiene que haber siempre una gran libertad y en todo tiene que haber caridad. Eso es una línea de acción que nosotros tenemos”.

Sobre el aporte de los obispos latinoamericanos al Sínodo, el Cardenal resaltó que ha sido “muy bueno. Son todos obispos muy dedicados a su trabajo pastoral, muy llenos de Dios, con mucha experiencia porque están acá obispos de gran trayectoria, de muchas batallas en el servicio a la Iglesia, de mucha experiencia pastoral. Ciertamente ha sido una representación excelente la que ha venido de América Latina, yo me siento muy contento”.

En el programa “Sínodo sobre la Familia” conducido por Alejandro Bermúdez, director de ACI Prensa, y el laico consagrado Enrique Elías, también se presentó algunos pasajes de la conferencia de prensa realizada ayer en la Sala Stampa del Vaticano en la que participaron el Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Christoph Schonborn; y el Arzobispo de Aparecida (Brasil), Cardenal Raymundo Damasceno.

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— ACI Prensa (@aciprensa) octubre 25, 2015

 

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En el programa “Sínodo sobre la Familia” del canal católico EWTN transmitido ayer, el Cardenal señaló que este evento ha sido muy importante porque tuvo “como centro lo más valioso de la humanidad que es la familia. Es lo más valioso tanto para la sociedad como para la persona”.

“El tesoro más grande que puede tener una persona es una buena familia, y en ese sentido la Iglesia está trabajando permanentemente y en momentos en los que estamos en un cambio de época en el mundo entero”, dijo luego.

Sobre la marcha del Sínodo, el Arzobispo de Caracas comentó que “ha sido muy buena, porque los que estamos allí somos personas que amamos a Dios, que amamos a la Iglesia, que tenemos Espíritu de comunión y estamos unidos con el Papa en este esfuerzo por ver un poco la realidad de la familia en el mundo y diseñar líneas de acción por parte de la Iglesia, para ayudar, defender y promover a la familia”.

Tras comentar que con el documento final dado a conocer ayer se espera que el Santo Padre escriba un documento que permita dar una serie de orientaciones para la Iglesia, el Cardenal Urosa fue enfático al comentar que en el Sínodo no ha habido un clima de enfrentamientos.

“No. Eso siempre se exagera se exagera un poco. No ha habido enfrentamientos, grupos ni facciones. No ha habido momentos de conflicto de ninguna manera. Simplemente diversas opiniones sobre diversos temas y eso es normal”.

Para el Purpurado venezolano, esto último es “uno de los aspectos hermosos del Sínodo y hermosos de la Iglesia, porque en lo que nosotros podamos discutir ahí tiene que haber siempre una gran libertad y en todo tiene que haber caridad. Eso es una línea de acción que nosotros tenemos”.

Sobre el aporte de los obispos latinoamericanos al Sínodo, el Cardenal resaltó que ha sido “muy bueno. Son todos obispos muy dedicados a su trabajo pastoral, muy llenos de Dios, con mucha experiencia porque están acá obispos de gran trayectoria, de muchas batallas en el servicio a la Iglesia, de mucha experiencia pastoral. Ciertamente ha sido una representación excelente la que ha venido de América Latina, yo me siento muy contento”.

En el programa “Sínodo sobre la Familia” conducido por Alejandro Bermúdez, director de ACI Prensa, y el laico consagrado Enrique Elías, también se presentó algunos pasajes de la conferencia de prensa realizada ayer en la Sala Stampa del Vaticano en la que participaron el Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Christoph Schonborn; y el Arzobispo de Aparecida (Brasil), Cardenal Raymundo Damasceno.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya El Sínodo alerta de presiones políticas para que la Iglesia redefina el matrimonio

VATICANO, 25 Oct. 15 (ACI).- En el documento final aprobado por el Sínodo de la Familia y que consta de 94 puntos se abordan asuntos como la apertura a la vida, los anticonceptivos o el aborto. Pero también se alerta contra los intentos de los gobiernos que presionan a las iglesias locales con retirarles ayudas económicas sino cambian su definición de matrimonio.

El punto 76 del documento afirma que “en cuanto a los proyectos de equiparación al matrimonio de las uniones entre personas homosexuales, no ‘existe fundamento alguno para asimilarlo o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia’”.

El Sínodo “cree del todo inaceptable que las Iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen las ayudas económicas a países pobres a la introducción de leyes que instituyan el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo”.

El documento también habla del rechazo de la Iglesia a los anticonceptivos y al aborto. En concreto afirma que “cuanto más busquen los esposos escuchar en su conciencia a Dios y sus mandamientos y se hagan acompañar espiritualmente, tanto más sus decisiones serán íntimamente libres de una arbitrariedad subjetiva y del ajuste a los modos de comportarse en su ambiente”.

“Por amor de esta dignidad de la conciencia, la Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones de coacción del Estado a favor de la anticoncepción, la esterilización o incluso el aborto”.

Por eso “el recurso a los métodos fundados en ‘ritmos naturales de fecundidad’ será fomentado” y “se pondrá luz que ‘estos métodos respetan el cuerpo de los esposos, dan coraje a la ternura entre ellos y favorecen la educación de una libertad auténtica”.

El Sínodo también tiene palabras positivas hacia los hijos: “viene evidenciado siempre que los hijos son un maravilloso don de Dios, una alegría para los padres y para la Iglesia. A través de ellos el Señor renueva el mundo”.

Homenaje a la Humanae Vitae de Pablo VI

En el punto 7 del documento se advierte contra las modernas técnicas que ponen en peligro la identidad cristiana de la familia. “En las diversas culturas, no pocos jóvenes muestran resistencia a los compromisos definitivos respecto a las relaciones afectivas, y a menudo eligen convivir con un compañero o simplemente tener relaciones ocasionales”.

“La disminución de la natalidad es el resultado de varios factores, entre los que están la industrialización, la revolución sexual, el temor a la superpoblación, los problemas económico, el crecimiento de una mentalidad anticonceptiva y abortista”.

“La sociedad del consumo puede también disuadir a la persona de tener hijos también solo para mantener su libertad y el propio estilo de vida. Algunos católicos tienen dificultad en conducir sus vidas de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia católica sobre el matrimonio y la familia, y a ver en tales enseñanzas la bondad del proyecto creativo de Dios para ellos”.

Precisamente, el punto 43 del documento final aprobado por los Padres Sinodales recuerda una de las herencias más importantes del beato Pablo VI a la Iglesia: la encíclica Humanae Vitae con la que “puso luz a la unión intrínseca entre el amor conyugal y la generación de la vida”.

“El amor conyugal requiere de los esposos que ellos conozcan convenientemente su misión de paternidad responsable”. Esto “implica además que los cónyuges reconozcan los propios deberes hacia Dios, hacia sí mismos, hacia la familia y hacia la sociedad en una justa jerarquía de valores”, dice recordando unas palabras exactas de la encíclica.

El Sínodo también señala que en la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, Pablo VI evidenció la relación entre la familia y la Iglesia: ‘En el ámbito del apostolado de evangelización característico de los laicos, es imposible no reconocer la acción evangelizadora de la familia. Ella ha bien merecido, en los diversos momentos de la historia de la Iglesia, la preciosa definición de ‘Iglesia doméstica’, confirmada por el Concilio Vaticano II” lo que significa que “en cada familia cristiana se deben experimentar los diversos aspectos de la Iglesia. Además, la familia, como la Iglesia, debe ser un espacio en el que el Evangelio es transmitido y en el que el Evangelio se irradia”.

En el punto 63 del documento final se habla de “la responsabilidad generativa”: “según el orden de la creación, el amor conyugal entre un hombre y una mujer y la transmisión de la vida son ordenados el uno al otro”.

Los Padres Sinodales explican que de esta manera “el Creador ha hecho partícipe al hombre y a la mujer de la obra de su creación y le ha hecho contemporáneamente instrumentos de su amor, confiándoles a la responsabilidad el futuro de la humanidad a través de la transmisión de la vida humana”. “Los cónyuges se abrirán a la vida” teniendo en cuenta el bien de los hijos y las condiciones de su época, entre otros.

El Sínodo solicita que se redescubra la Exhortación de Juan Pablo II Familiaris Consortio así como la Humanae Vitae con el fin de “despertar la disponibilidad a procrear en contraste con una mentalidad a menudo hostil a la vida”. También pide “exhortar repetidamente a los matrimonios jóvenes a donar la vida”.

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Documento final del Sínodo reafirma doctrina de la Iglesia y resalta belleza de la familia https://t.co/uWPx3VhZfk

— ACI Prensa (@aciprensa) octubre 24, 2015

 

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El punto 76 del documento afirma que “en cuanto a los proyectos de equiparación al matrimonio de las uniones entre personas homosexuales, no ‘existe fundamento alguno para asimilarlo o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia’”.

El Sínodo “cree del todo inaceptable que las Iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen las ayudas económicas a países pobres a la introducción de leyes que instituyan el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo”.

El documento también habla del rechazo de la Iglesia a los anticonceptivos y al aborto. En concreto afirma que “cuanto más busquen los esposos escuchar en su conciencia a Dios y sus mandamientos y se hagan acompañar espiritualmente, tanto más sus decisiones serán íntimamente libres de una arbitrariedad subjetiva y del ajuste a los modos de comportarse en su ambiente”.

“Por amor de esta dignidad de la conciencia, la Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones de coacción del Estado a favor de la anticoncepción, la esterilización o incluso el aborto”.

Por eso “el recurso a los métodos fundados en ‘ritmos naturales de fecundidad’ será fomentado” y “se pondrá luz que ‘estos métodos respetan el cuerpo de los esposos, dan coraje a la ternura entre ellos y favorecen la educación de una libertad auténtica”.

El Sínodo también tiene palabras positivas hacia los hijos: “viene evidenciado siempre que los hijos son un maravilloso don de Dios, una alegría para los padres y para la Iglesia. A través de ellos el Señor renueva el mundo”.

Homenaje a la Humanae Vitae de Pablo VI

En el punto 7 del documento se advierte contra las modernas técnicas que ponen en peligro la identidad cristiana de la familia. “En las diversas culturas, no pocos jóvenes muestran resistencia a los compromisos definitivos respecto a las relaciones afectivas, y a menudo eligen convivir con un compañero o simplemente tener relaciones ocasionales”.

“La disminución de la natalidad es el resultado de varios factores, entre los que están la industrialización, la revolución sexual, el temor a la superpoblación, los problemas económico, el crecimiento de una mentalidad anticonceptiva y abortista”.

“La sociedad del consumo puede también disuadir a la persona de tener hijos también solo para mantener su libertad y el propio estilo de vida. Algunos católicos tienen dificultad en conducir sus vidas de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia católica sobre el matrimonio y la familia, y a ver en tales enseñanzas la bondad del proyecto creativo de Dios para ellos”.

Precisamente, el punto 43 del documento final aprobado por los Padres Sinodales recuerda una de las herencias más importantes del beato Pablo VI a la Iglesia: la encíclica Humanae Vitae con la que “puso luz a la unión intrínseca entre el amor conyugal y la generación de la vida”.

“El amor conyugal requiere de los esposos que ellos conozcan convenientemente su misión de paternidad responsable”. Esto “implica además que los cónyuges reconozcan los propios deberes hacia Dios, hacia sí mismos, hacia la familia y hacia la sociedad en una justa jerarquía de valores”, dice recordando unas palabras exactas de la encíclica.

El Sínodo también señala que en la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, Pablo VI evidenció la relación entre la familia y la Iglesia: ‘En el ámbito del apostolado de evangelización característico de los laicos, es imposible no reconocer la acción evangelizadora de la familia. Ella ha bien merecido, en los diversos momentos de la historia de la Iglesia, la preciosa definición de ‘Iglesia doméstica’, confirmada por el Concilio Vaticano II” lo que significa que “en cada familia cristiana se deben experimentar los diversos aspectos de la Iglesia. Además, la familia, como la Iglesia, debe ser un espacio en el que el Evangelio es transmitido y en el que el Evangelio se irradia”.

En el punto 63 del documento final se habla de “la responsabilidad generativa”: “según el orden de la creación, el amor conyugal entre un hombre y una mujer y la transmisión de la vida son ordenados el uno al otro”.

Los Padres Sinodales explican que de esta manera “el Creador ha hecho partícipe al hombre y a la mujer de la obra de su creación y le ha hecho contemporáneamente instrumentos de su amor, confiándoles a la responsabilidad el futuro de la humanidad a través de la transmisión de la vida humana”. “Los cónyuges se abrirán a la vida” teniendo en cuenta el bien de los hijos y las condiciones de su época, entre otros.

El Sínodo solicita que se redescubra la Exhortación de Juan Pablo II Familiaris Consortio así como la Humanae Vitae con el fin de “despertar la disponibilidad a procrear en contraste con una mentalidad a menudo hostil a la vida”. También pide “exhortar repetidamente a los matrimonios jóvenes a donar la vida”.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya Entrevista con el exorcista, una profesión de riesgo espiritual

Llego a la cita con el exorcista a las cinco, puntual. Hemos quedado en un convento de los frailes dominicos, en Barcelona. Me abre él mismo. Me pregunta el nombre. Podría ser una paciente a la que espera. Pasamos a su despacho. Sobrecoge pensar que en este lugar recibe todos los días a 5 personas con posesión demoníaca. Me siento donde se deben sentar ellos. Gente angustiada, con ganas de suicidarse, desesperada. El padre Gallego les escucha, diagnostica. Reza. Y si ve que se trata de influencia o posesión, pasa a realizarles lo que piden. Un exorcismo. Que no siempre funciona a la primera. El 50% de los casos responden a posesión o influencia maligna. El resto, son enfermedades.

El demonio, explica, “se manifiesta de maneras muy distintas. No piense usted en las películas como “El Exorcista”. A veces la normalidad es muy inquietante. No llega así como así. Se manifiesta hacienda daño. La gente sufre y se aleja de Dios: es la misión del Maligno”.

¿De qué porcentajes hablamos en posesiones demoníacas?

Un 90% de los exorcismos son por influencia maligna, sólo un 10% son posesión.

¿La posesión es más frecuente de lo que nos creemos?

Sí. Aunque más que posesión, la mayoría son influencias demoníacas. El demonio concede poderes a la gente a través de favores. Y la Nueva Era ha hecho mucho daño. La gente juega con el ocultismo pensando que el mal es inofensivo.

¿Tiene la certeza total que son casos de posesión demoníaca?

No: total nunca la he tenido. Lo que sí veo son las manifestaciones de este espíritu maligno en la gente. Gente creyente que sufre, que te habla con voz cavernosa, está atormentada y necesita que se le saquen los demonios. Te piden que les cures. Tu no curas a nadie. Es Dios, en todo caso, que actúa.

¿Todas las diócesis deberían tener un exorcista?

Deberían, pero no siempre hay. Es territorial. Yo tengo un nombramiento del señor cardenal, que me pidió que según mi criterio practique los exorcismos que considere oportunos.

Hay gente que piensa que esto del Demonio no existe. 

También obispos. Un obispo me dijo que en su diócesis no había casos. Y le tuve que decir que yo estaba tratando al menos a 5 personas de su diócesis. Buscan a alguien que les atienda. Aquí viene gente de todas partes.

Ya veo su agenda, repleta de citas. ¿Quién viene?

Es gente que viene destrozada y quieren salir de la situación de malestar enorme en la que se encuentra. Gente de todo nivel social y condición. Creyentes, no necesariamente católicos, pero creen. Tengo ya los próximos dos meses llenos.

¿Un exorcista cobra por sus servicios?

No cobro nunca nada. Honorarios ninguno, esto te da confianza. No sacas dinero. Hay muchos inmigrantes. Y gente de todos tipos que no cree que su caso sea psicológico.

El exorcismo no es sólo para gente simple.

Aquí viene gente de todo tipo. No sólo gente considerada simple.

Yo hago un diagnóstico, escucho… y si es algo médico, derivo.

Cómo tiene que ser un exorcista? Yo me los imagino como usted, calmados y pacientes. 

Pues con una paciencia enorme, sentido apostólico de ayudar a la gente. No es fácil, ni agradable, ni lo escoges. Tiene que ser una persona piadosa, un doctor prudente y con integridad de vida. El obispo decide.

Este oficio no es de lo más divertido.

No es nada agradable. Y el exorcismo no es tan efectivo ya. A veces ni con dos ni con tres veces se marcha el espíritu maligno. Se enquista…alguna vez sí. Todo depende más del exorcizado que del exorcista.

¿Qué compensaciones tiene, ser exorcista?

Es bonito, cuando llamas a alguien que has visitado, y aunque no sea curación del todo, adviertes mejoría. Pero a veces te tienen una veneración que te da hasta miedo, se creen que eres como un brujo, y te preguntan ¿yo me voy a curar? Yo siempre les digo: “No lo sé, no depende de mi, es una oración a Dios”. Esto también me tranquiliza.

En el ritual hay imposición de manos. ¿Es obligatorio tocar la cabeza del endemoniado?

Yo pongo manos en la cabeza y no tengo más contacto directo con ellos. Antes les daba las manos pero noto que la gente te pide la imposición. Y realmente notas en la cabeza que hay algo.

Imagino que esto no es automático, que un exorcismo no funciona enseguida.

A veces es en el mismo momento. Yo les pido que lean los Evangelios de cada día mientras no nos vemos. Rezar. Si es posesión o influencia, el único que te lo puede quitar es Dios. Los santos ayudan, pero es Dios quien te lo quita. Estar a buenas con Dios es fundamental.

¿Ha tenido miedo?

De momento yo no he tenido nada, tuve mucho miedo cuando me nombraron la primera vez en 2007. Salí del obispado con miedo. Dije que sí enseguida pero no me di cuenta de lo que implicaba.

Es un servicio. Aquí en la comunidad algunos saben que haces una cosa “rara”, alguno si que me ayudan, a veces pido que me acompañen cuando tengo gente un poco violenta.

¿Cómo lo asume para que no le afecte personalmente?

Yo me hice una reflexión: lo hago en nombre de la Iglesia, me da la posibilidad de ayudar. Hay momentos difíciles porque la gente ve cosas rarísimas, visiones, presencias…

Me mantengo a distancia, más o menos lo pones al desván, si no te volverías loco.

Hay que tener confianza en Dios. Enorme. Yo he visto que o eres hombre de fe, o dejas este oficio. Humanamente… no es sencillo.

¿Cómo llama a la gente que acude al exorcista?

Pacientes, o simplemente fieles angustiados que necesitan una respuesta.

¿Le amenazan?

A veces te amenazan los que vienen. El otro día una chica me tiró el Rosario con fuerza, estábamos en la capilla. Me escabullí. Y luego ella me preguntaba dónde estaba el Rosario. Le dije “Búscalo tu, tu lo has tirado”.

¿Y ante estos casos no pierde los nervios?

 Hasta ahora no.

¿El Demonio habla?

A través de la persona poseída, claro.

Me habla él a mi, me dice “¡Gallego, te has pasado!”. Es muy fuerte.

¿En qué idioma se hacen, los exorcismos?

El exorcismo es un acto de la Iglesia y hago el que la Iglesia me manda, si me lo ofrece en castellano o en catalán, lo hago. Me gusta que el que viene participe, entienda. Entonces en latín no es necesario.

¿Hay casos de infestación de objetos?

Claro, y de animales también.

¿Casas poseídas?

Sí.

¿Coches?

Sí, puede ser, casos en los que ha habido alguna cosa y como si hubiera quedado algo marcado.

A mi me han hecho un exorcismo. En el bautizo. Como a todos los bautizados. ¿La gente es consciente de esto?

No, qué va. Mucha gente desconoce que en sacramento del bautizo se practica un exorcismo. Pero es simple. El que yo hago es solemne, extraordinario. Y no se tiene que banalizar.

¿Uno mismo se puede dar cuenta de que está poseído, o lo perciben quienes le rodean?

Las dos cosas. O lo ves o te lo dicen. Hay síntomas: no puedes dormir, tienes intentos de suicidarte, de todo. Si lo hablan con alguien que ya ha conocido a un exorcista vienen. Otros ya no saben qué hacer, y te buscan.

Entonces usted ve que la persona lo necesita y le practica un exorcismo. ¿Cómo se hace?

Me pongo la estola y luego empezamos la oración de protección.

Necesita agua bendita, sal y ponerse la estola. ¿Y ya está?

Sí, y el ritual para la oración.

¿Qué es lo que más cuesta?

Las renuncias a Satanás. Si veo que se bloquean y no las hacen, no seguimos, porque luego es un rito sin sentido. No se puede hacer un exorcismo sin renunciar a Satanás.

¿Y cómo termina un exorcismo?

Yo termino con dos oraciones. La Virgen para mi tiene una importancia muy grande. Propongo la oración de san Bernardo. Y una de san Francisco: “Señor haz de mi un instrumento de tu paz… Y les animo a volver a Dios. Es que no hay otra.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya El Papa: el Sínodo de la familia fue “un verdadero regalo de Dios”

En el tradicional rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, instantes después de presidir la Misa de gracias por la conclusión del Sínodo de la familia en el Vaticano, el Papa Francisco este domingo 25 de octubre dijo que ha sido una experiencia ardua pero “un verdadero regalo de Dios, que seguramente traerá muchos frutos”

Así invitó a todos los fieles “a dar gracias a Dios por estas tres semanas de intenso trabajo (sinodal), animados por la oración y un espíritu de verdadera comunión”, agregó. La Asamblea ordinaria conformada por los episcopados de todo el mundo estuvo reunida en el Vaticano del 04 al 24 de octubre.

¿Qué significa Sínodo?

 El Pontífice compartió el significado del Sínodo como un “caminar juntos”. En este sentido, señaló que “fue la experiencia de la Iglesia peregrina” que camina junto a “las familias del pueblo santo de Dios en todo el mundo”.

Dios quiere un Sínodo para caminar junto con su pueblo

El Papa cita el Evangelio y la profecía de Jeremías para indicar que Dios está con los más débiles y los necesitados: “entre ellos ciegos y cojos, la mujer embarazada y la parturienta” para indicar que viene por aquellos que lloran y claman consuelo. “Yo los traigo de nuevo a los ríos llenos de agua en un camino derecho en el cual no tropezarán, porque yo soy un padre para Israel “(31,8-9).

Entretanto, explica que el primero en querer caminar con el pueblo, “con nosotros” es Dios porque quiere hacer un “sínodo” con nosotros.

Un pueblo que lleva vida y no excluye a quienes sufren

Su “sueño” – continuó- desde siempre y para siempre, “es la de formar un pueblo, reuniéndolos, para conducirlos a la tierra de la libertad y la paz. Y este pueblo es hecho de familias: están ‘la mujer embarazada y la parturiente”; es un pueblo que mientras camina manda adelante la vida, con la bendición de Dios”, explicó.

Desde la ventana del estudio papal, dirigiéndose a los miles de fieles presentes en la plaza de San Pedro, destacó que el pueblo de Dios “no excluye a los pobres y los desfavorecidos, de hecho, los incluye”, ciegos y cojos.

“Es una familia de familias, al contrario incluye los que están marginados y relegados”. De esta manera, caminan “cómo lo hacen las familias” que se cargan a los niños, los ancianos, los más débiles. Una salvación que incluye a los ricos, “los grandes, los primeros, pero porque este es el único modo para salvarlos, para salvar todos”.

Los prófugos

El Pontífice recordó a los prófugos que tocan a la puerta de Europa. “Una realidad dramática de nuestros tiempos”, dijo.

Así, citó el Evangelio donde Dios les dice: “Partieron en el llanto, yo voy a llevarlos de vuelta entre consolaciones”. El Papa se refirió a la esperanza también para estas familias que sufren tanto, “desarraigados de sus tierras”, estuvieron también presentes “con nosotros en el Sínodo, en nuestras oraciones y en nuestro trabajo, a través de la voz de algunos de sus pastores”, expresó.

El Papa aseguró que la Iglesia no abandona a las familias de refugiados porque “hacen parte del pueblo de Dios, quiere liberarlos de la esclavitud y guiarlos a la libertad”. En sus palabras les recordó como personas que buscan dignidad. “Estas familias en busca de paz se quedan todavía con nosotros, la Iglesia no les abandona”.

Así, en el Evangelio de hoy se “refleja la experiencia del Sínodo que hemos vivido”, dijo Francisco. De esta manera, imploró a la Virgen María por haber estado con la Asamblea para que emergiera “un estilo de fraterna comunión”.

Al final el Papa saludó a los peregrinos y fieles, en particular dirigió un saludo a los peruanos devotos del Señor de los Milagros.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya El Papa al Sínodo: podemos estar con Jesús, pero lejos de su corazón

“Como aquellos discípulos, estamos con Jesús, pero no pensamos como Jesús…y se arriesga de convertirse en ‘rutinarios de la gracia’. Podemos hablar de Él y trabajar para ÉL, pero vivir lejos de su corazón, que está inclinado hacía quien está herido”, dijo el Papa Francisco este domingo 25 de octubre en la Basílica Vaticana.

El Pontífice presidió la Misa con motivo de la clausura del Sínodo ordinario sobre la familia. Una ceremonia significativa con el fondo de la Misericordia, concelebrada junto a los Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos, Sacerdotes miembros del Sínodo.

Una homilía centrada en Jesús sacerdote y atento al sufrimiento de quienes están marginados y sufren. Así, el Papa denunció los riesgos de “los seguidores de Jesús que estando en su grupo” siguen por su camino sin escuchar, ni ver el dolor de los demás. El Papa señaló el peligro de vivir en una fe programada y con un ritmo diverso al de Jesús.

Palabras que fueron eco del camino sinodal en el contexto de una misa multitudinaria que cierra tres semanas de trabajos sobre la familia. Tema que despertó pasiones y sensibilidades enraizadas en la identidad misma de la Iglesia con la participación de los episcopados de todo el mundo.

Los riesgos de los seguidores de Jesús

“Hay algunas tentaciones para quien sigue Jesús”. El Pontífice señaló dos siguiendo el evangelio del domingo: no escuchar y no detenerse como Jesús ante el llamado del que sufre. “Pasan por delante como si no sucediera nada”.

Luego crea una imagen con la lectura del Evangelio sobre Bartimeo el ciego que fue curado por Jesús, quien llamándolo “hijo de David”, había sido cayado por los seguidores de Cristo. “Sí, Bartolomeo era ciego, ellos son sordos”.

“Puede ser nuestro riesgo: de frente a los continuos problemas, mejor seguir adelante, sin dejarse perturbar. De esta manera, como aquellos discípulos, estamos con Jesús, pero no pensamos como Jesús.

Se está en su grupo, pero se pierde la apertura del corazón, se pierden la maravilla, la gratitud y el entusiasmo y se arriesga de convertirse ‘rutinarios de la gracia’. Podemos hablar de Él y trabajar para ÉL, pero vivir lejos de su corazón, que está inclinado hacía quien está herido”, dijo.

Riesgo de seguidores de Jesús; seguir por su camino ante el dolor de otros

En la primera tentación, el Papa mostró que el peligro de “una ‘¡espiritualidad del espejismo!’; podemos caminar a través de los desiertos de la humanidad sin ver aquello que realmente existe, sino más bien aquello que quisiéramos ver nosotros; somos capaces de construir visiones del mundo, pero no aceptamos aquello que el Señor nos mete delante de los ojos.

Una fe que no está enraizada en la vida de la gente queda árida, y en cambio de ser oasis, crea otros desiertos”, explicó.

Vivir en una fe programada y con un ritmo diverso al de Jesús

Una segunda tentación – insiste el Papa – es ‘caer en una fe de orden de marcha’. “Podemos caminar con el pueblo de Dios, pero tenemos ya nuestra orden de marcha (una programación preestablecida)”. “Sabemos donde andar y cuánto tiempo emplear; todos deben respetar nuestros ritmos y cada inconveniente nos trastorna”.

El Pontífice lamentó que esa actitud asemeja a los “muchos” del Evangelio que “pierden la paciencia y reprueban a Bartimeo”, el ciego, y así lo hacen con los niños. “Quien da fastidio o no está al altura es para excluir”. “Jesús en cambio quiere incluir, sobre todo a quien ha sido tenido en los márgenes y le grita”, añadió.

“Aquellos, como Bartimeo, tienen fe, porque reconocerse necesitados de salvación es el mejor modo para encontrar a Jesús”.

Por último, el Papa agradeció a los padres sinodales por el camino común.

“Queridos hermanos sinodales, nosotros hemos caminado juntos. Les agradezco por el camino que hemos compartido con la mirada dirigida al Señor y a los hermanos en la búsqueda de los senderos que el Evangelio indica a nuestro tiempo para anunciar el misterio del amor de la familia.

Proseguimos este camino que el Señor desea. Rogamos a Él una mirada sanadora y salvadora, que sepa difundir la luz, porque recuerda el brillo que lo ha iluminado. Sin hacernos jamás cegar por el pesimismo y por el pecado, busquemos y veamos la gloria de Dios, que resplandece en el hombre viviente”.

Jesús sacerdote que escucha, ve y se detienen ante quien sufre

La compasión de Dios, la paternidad y la revelación en su hijo, Jesús, han sido las lecturas del evangelio del domingo. El Pontífice reflexionó sobre las palabras de Jeremías sobre la salvación del pueblo. “Dios cambiará la prisión, en libertad”.

En la homilía repasó el Salmo (125,6). Y nosotros, “Padres, hemos experimentado lo            que significa sembrar con cansancio, a veces en las lagrimas, y alegrarse por la gracia de un cultivo que siempre va más allá de nuestras fuerzas y capacidades”.

Así presentó la figura de Jesús sacerdote que “toma parte a nuestras debilidades”, excluso el pecado. ¿Que quieres que yo haga por ti? (Mc 10,51). “Podría parecer una petición inútil: ¿que cosa podría desear un ciego sino la vista? A pesar de ello, con este interrogativo hecho tu a tu, directo y respetuoso, Jesús ha demostrado querer escuchar nuestras necesidades”.

El Papa indicó a Jesús que cree en la fe de los hombres (en este caso de Bartimeo), “Tu fe te ha salvado” (Mc 10,52). “Jesús cree en nosotros, más de cuánto creemos en nosotros mismos”, añadió.

De hecho, “solo Jesús le da la fuerza al hombre para enfrentar las situaciones más graves”, añadió.

El Papa indicó que al final Bartimeo, el ciego que recobró la vista gracias a Jesús. “No solo recobra la vista, sino que se une a la comunidad que aquellos que caminan con Jesús”.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya Entrevista con el exorcista, una profesión de riesgo espiritual

Llego a la cita con el exorcista a las cinco, puntual. Hemos quedado en un convento de los frailes dominicos, en Barcelona. Me abre él mismo. Me pregunta el nombre. Podría ser una paciente a la que espera. Pasamos a su despacho. Sobrecoge pensar que en este lugar recibe todos los días a 5 personas con posesión demoníaca. Me siento donde se deben sentar ellos. Gente angustiada, con ganas de suicidarse, desesperada. El padre Gallego les escucha, diagnostica. Reza. Y si ve que se trata de influencia o posesión, pasa a realizarles lo que piden. Un exorcismo. Que no siempre funciona a la primera. El 50% de los casos responden a posesión o influencia maligna. El resto, son enfermedades.

El demonio, explica, “se manifiesta de maneras muy distintas. No piense usted en las películas como “El Exorcista”. A veces la normalidad es muy inquietante. No llega así como así. Se manifiesta hacienda daño. La gente sufre y se aleja de Dios: es la misión del Maligno”.

¿De qué porcentajes hablamos en posesiones demoníacas?

Un 90% de los exorcismos son por influencia maligna, sólo un 10% son posesión.

¿La posesión es más frecuente de lo que nos creemos?

Sí. Aunque más que posesión, la mayoría son influencias demoníacas. El demonio concede poderes a la gente a través de favores. Y la Nueva Era ha hecho mucho daño. La gente juega con el ocultismo pensando que el mal es inofensivo.

¿Tiene la certeza total que son casos de posesión demoníaca?

No: total nunca la he tenido. Lo que sí veo son las manifestaciones de este espíritu maligno en la gente. Gente creyente que sufre, que te habla con voz cavernosa, está atormentada y necesita que se le saquen los demonios. Te piden que les cures. Tu no curas a nadie. Es Dios, en todo caso, que actúa.

¿Todas las diócesis deberían tener un exorcista?

Deberían, pero no siempre hay. Es territorial. Yo tengo un nombramiento del señor cardenal, que me pidió que según mi criterio practique los exorcismos que considere oportunos.

Hay gente que piensa que esto del Demonio no existe. 

También obispos. Un obispo me dijo que en su diócesis no había casos. Y le tuve que decir que yo estaba tratando al menos a 5 personas de su diócesis. Buscan a alguien que les atienda. Aquí viene gente de todas partes.

Ya veo su agenda, repleta de citas. ¿Quién viene?

Es gente que viene destrozada y quieren salir de la situación de malestar enorme en la que se encuentra. Gente de todo nivel social y condición. Creyentes, no necesariamente católicos, pero creen. Tengo ya los próximos dos meses llenos.

¿Un exorcista cobra por sus servicios?

No cobro nunca nada. Honorarios ninguno, esto te da confianza. No sacas dinero. Hay muchos inmigrantes. Y gente de todos tipos que no cree que su caso sea psicológico.

El exorcismo no es sólo para gente simple.

Aquí viene gente de todo tipo. No sólo gente considerada simple.

Yo hago un diagnóstico, escucho… y si es algo médico, derivo.

Cómo tiene que ser un exorcista? Yo me los imagino como usted, calmados y pacientes. 

Pues con una paciencia enorme, sentido apostólico de ayudar a la gente. No es fácil, ni agradable, ni lo escoges. Tiene que ser una persona piadosa, un doctor prudente y con integridad de vida. El obispo decide.

Este oficio no es de lo más divertido.

No es nada agradable. Y el exorcismo no es tan efectivo ya. A veces ni con dos ni con tres veces se marcha el espíritu maligno. Se enquista…alguna vez sí. Todo depende más del exorcizado que del exorcista.

¿Qué compensaciones tiene, ser exorcista?

Es bonito, cuando llamas a alguien que has visitado, y aunque no sea curación del todo, adviertes mejoría. Pero a veces te tienen una veneración que te da hasta miedo, se creen que eres como un brujo, y te preguntan ¿yo me voy a curar? Yo siempre les digo: “No lo sé, no depende de mi, es una oración a Dios”. Esto también me tranquiliza.

En el ritual hay imposición de manos. ¿Es obligatorio tocar la cabeza del endemoniado?

Yo pongo manos en la cabeza y no tengo más contacto directo con ellos. Antes les daba las manos pero noto que la gente te pide la imposición. Y realmente notas en la cabeza que hay algo.

Imagino que esto no es automático, que un exorcismo no funciona enseguida.

A veces es en el mismo momento. Yo les pido que lean los Evangelios de cada día mientras no nos vemos. Rezar. Si es posesión o influencia, el único que te lo puede quitar es Dios. Los santos ayudan, pero es Dios quien te lo quita. Estar a buenas con Dios es fundamental.

¿Ha tenido miedo?

De momento yo no he tenido nada, tuve mucho miedo cuando me nombraron la primera vez en 2007. Salí del obispado con miedo. Dije que sí enseguida pero no me di cuenta de lo que implicaba.

Es un servicio. Aquí en la comunidad algunos saben que haces una cosa “rara”, alguno si que me ayudan, a veces pido que me acompañen cuando tengo gente un poco violenta.

¿Cómo lo asume para que no le afecte personalmente?

Yo me hice una reflexión: lo hago en nombre de la Iglesia, me da la posibilidad de ayudar. Hay momentos difíciles porque la gente ve cosas rarísimas, visiones, presencias…

Me mantengo a distancia, más o menos lo pones al desván, si no te volverías loco.

Hay que tener confianza en Dios. Enorme. Yo he visto que o eres hombre de fe, o dejas este oficio. Humanamente… no es sencillo.

¿Cómo llama a la gente que acude al exorcista?

Pacientes, o simplemente fieles angustiados que necesitan una respuesta.

¿Le amenazan?

A veces te amenazan los que vienen. El otro día una chica me tiró el Rosario con fuerza, estábamos en la capilla. Me escabullí. Y luego ella me preguntaba dónde estaba el Rosario. Le dije “Búscalo tu, tu lo has tirado”.

¿Y ante estos casos no pierde los nervios?

 Hasta ahora no.

¿El Demonio habla?

A través de la persona poseída, claro.

Me habla él a mi, me dice “¡Gallego, te has pasado!”. Es muy fuerte.

¿En qué idioma se hacen, los exorcismos?

El exorcismo es un acto de la Iglesia y hago el que la Iglesia me manda, si me lo ofrece en castellano o en catalán, lo hago. Me gusta que el que viene participe, entienda. Entonces en latín no es necesario.

¿Hay casos de infestación de objetos?

Claro, y de animales también.

¿Casas poseídas?

Sí.

¿Coches?

Sí, puede ser, casos en los que ha habido alguna cosa y como si hubiera quedado algo marcado.

A mi me han hecho un exorcismo. En el bautizo. Como a todos los bautizados. ¿La gente es consciente de esto?

No, qué va. Mucha gente desconoce que en sacramento del bautizo se practica un exorcismo. Pero es simple. El que yo hago es solemne, extraordinario. Y no se tiene que banalizar.

¿Uno mismo se puede dar cuenta de que está poseído, o lo perciben quienes le rodean?

Las dos cosas. O lo ves o te lo dicen. Hay síntomas: no puedes dormir, tienes intentos de suicidarte, de todo. Si lo hablan con alguien que ya ha conocido a un exorcista vienen. Otros ya no saben qué hacer, y te buscan.

Entonces usted ve que la persona lo necesita y le practica un exorcismo. ¿Cómo se hace?

Me pongo la estola y luego empezamos la oración de protección.

Necesita agua bendita, sal y ponerse la estola. ¿Y ya está?

Sí, y el ritual para la oración.

¿Qué es lo que más cuesta?

Las renuncias a Satanás. Si veo que se bloquean y no las hacen, no seguimos, porque luego es un rito sin sentido. No se puede hacer un exorcismo sin renunciar a Satanás.

¿Y cómo termina un exorcismo?

Yo termino con dos oraciones. La Virgen para mi tiene una importancia muy grande. Propongo la oración de san Bernardo. Y una de san Francisco: “Señor haz de mi un instrumento de tu paz… Y les animo a volver a Dios. Es que no hay otra.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya El Papa: el Sínodo de la familia fue “un verdadero regalo de Dios”

En el tradicional rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, instantes después de presidir la Misa de gracias por la conclusión del Sínodo de la familia en el Vaticano, el Papa Francisco este domingo 25 de octubre dijo que ha sido una experiencia ardua pero “un verdadero regalo de Dios, que seguramente traerá muchos frutos”

Así invitó a todos los fieles “a dar gracias a Dios por estas tres semanas de intenso trabajo (sinodal), animados por la oración y un espíritu de verdadera comunión”, agregó. La Asamblea ordinaria conformada por los episcopados de todo el mundo estuvo reunida en el Vaticano del 04 al 24 de octubre.

¿Qué significa Sínodo?

 El Pontífice compartió el significado del Sínodo como un “caminar juntos”. En este sentido, señaló que “fue la experiencia de la Iglesia peregrina” que camina junto a “las familias del pueblo santo de Dios en todo el mundo”.

Dios quiere un Sínodo para caminar junto con su pueblo

El Papa cita el Evangelio y la profecía de Jeremías para indicar que Dios está con los más débiles y los necesitados: “entre ellos ciegos y cojos, la mujer embarazada y la parturienta” para indicar que viene por aquellos que lloran y claman consuelo. “Yo los traigo de nuevo a los ríos llenos de agua en un camino derecho en el cual no tropezarán, porque yo soy un padre para Israel “(31,8-9).

Entretanto, explica que el primero en querer caminar con el pueblo, “con nosotros” es Dios porque quiere hacer un “sínodo” con nosotros.

Un pueblo que lleva vida y no excluye a quienes sufren

Su “sueño” – continuó- desde siempre y para siempre, “es la de formar un pueblo, reuniéndolos, para conducirlos a la tierra de la libertad y la paz. Y este pueblo es hecho de familias: están ‘la mujer embarazada y la parturiente”; es un pueblo que mientras camina manda adelante la vida, con la bendición de Dios”, explicó.

Desde la ventana del estudio papal, dirigiéndose a los miles de fieles presentes en la plaza de San Pedro, destacó que el pueblo de Dios “no excluye a los pobres y los desfavorecidos, de hecho, los incluye”, ciegos y cojos.

“Es una familia de familias, al contrario incluye los que están marginados y relegados”. De esta manera, caminan “cómo lo hacen las familias” que se cargan a los niños, los ancianos, los más débiles. Una salvación que incluye a los ricos, “los grandes, los primeros, pero porque este es el único modo para salvarlos, para salvar todos”.

Los prófugos

El Pontífice recordó a los prófugos que tocan a la puerta de Europa. “Una realidad dramática de nuestros tiempos”, dijo.

Así, citó el Evangelio donde Dios les dice: “Partieron en el llanto, yo voy a llevarlos de vuelta entre consolaciones”. El Papa se refirió a la esperanza también para estas familias que sufren tanto, “desarraigados de sus tierras”, estuvieron también presentes “con nosotros en el Sínodo, en nuestras oraciones y en nuestro trabajo, a través de la voz de algunos de sus pastores”, expresó.

El Papa aseguró que la Iglesia no abandona a las familias de refugiados porque “hacen parte del pueblo de Dios, quiere liberarlos de la esclavitud y guiarlos a la libertad”. En sus palabras les recordó como personas que buscan dignidad. “Estas familias en busca de paz se quedan todavía con nosotros, la Iglesia no les abandona”.

Así, en el Evangelio de hoy se “refleja la experiencia del Sínodo que hemos vivido”, dijo Francisco. De esta manera, imploró a la Virgen María por haber estado con la Asamblea para que emergiera “un estilo de fraterna comunión”.

Al final el Papa saludó a los peregrinos y fieles, en particular dirigió un saludo a los peruanos devotos del Señor de los Milagros.

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#diocesisdecelaya @diocesis_celaya El Papa al Sínodo: podemos estar con Jesús, pero lejos de su corazón

“Como aquellos discípulos, estamos con Jesús, pero no pensamos como Jesús…y se arriesga de convertirse en ‘rutinarios de la gracia’. Podemos hablar de Él y trabajar para ÉL, pero vivir lejos de su corazón, que está inclinado hacía quien está herido”, dijo el Papa Francisco este domingo 25 de octubre en la Basílica Vaticana.

El Pontífice presidió la Misa con motivo de la clausura del Sínodo ordinario sobre la familia. Una ceremonia significativa con el fondo de la Misericordia, concelebrada junto a los Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos, Sacerdotes miembros del Sínodo.

Una homilía centrada en Jesús sacerdote y atento al sufrimiento de quienes están marginados y sufren. Así, el Papa denunció los riesgos de “los seguidores de Jesús que estando en su grupo” siguen por su camino sin escuchar, ni ver el dolor de los demás. El Papa señaló el peligro de vivir en una fe programada y con un ritmo diverso al de Jesús.

Palabras que fueron eco del camino sinodal en el contexto de una misa multitudinaria que cierra tres semanas de trabajos sobre la familia. Tema que despertó pasiones y sensibilidades enraizadas en la identidad misma de la Iglesia con la participación de los episcopados de todo el mundo.

Los riesgos de los seguidores de Jesús

“Hay algunas tentaciones para quien sigue Jesús”. El Pontífice señaló dos siguiendo el evangelio del domingo: no escuchar y no detenerse como Jesús ante el llamado del que sufre. “Pasan por delante como si no sucediera nada”.

Luego crea una imagen con la lectura del Evangelio sobre Bartimeo el ciego que fue curado por Jesús, quien llamándolo “hijo de David”, había sido cayado por los seguidores de Cristo. “Sí, Bartolomeo era ciego, ellos son sordos”.

“Puede ser nuestro riesgo: de frente a los continuos problemas, mejor seguir adelante, sin dejarse perturbar. De esta manera, como aquellos discípulos, estamos con Jesús, pero no pensamos como Jesús.

Se está en su grupo, pero se pierde la apertura del corazón, se pierden la maravilla, la gratitud y el entusiasmo y se arriesga de convertirse ‘rutinarios de la gracia’. Podemos hablar de Él y trabajar para ÉL, pero vivir lejos de su corazón, que está inclinado hacía quien está herido”, dijo.

Riesgo de seguidores de Jesús; seguir por su camino ante el dolor de otros

En la primera tentación, el Papa mostró que el peligro de “una ‘¡espiritualidad del espejismo!’; podemos caminar a través de los desiertos de la humanidad sin ver aquello que realmente existe, sino más bien aquello que quisiéramos ver nosotros; somos capaces de construir visiones del mundo, pero no aceptamos aquello que el Señor nos mete delante de los ojos.

Una fe que no está enraizada en la vida de la gente queda árida, y en cambio de ser oasis, crea otros desiertos”, explicó.

Vivir en una fe programada y con un ritmo diverso al de Jesús

Una segunda tentación – insiste el Papa – es ‘caer en una fe de orden de marcha’. “Podemos caminar con el pueblo de Dios, pero tenemos ya nuestra orden de marcha (una programación preestablecida)”. “Sabemos donde andar y cuánto tiempo emplear; todos deben respetar nuestros ritmos y cada inconveniente nos trastorna”.

El Pontífice lamentó que esa actitud asemeja a los “muchos” del Evangelio que “pierden la paciencia y reprueban a Bartimeo”, el ciego, y así lo hacen con los niños. “Quien da fastidio o no está al altura es para excluir”. “Jesús en cambio quiere incluir, sobre todo a quien ha sido tenido en los márgenes y le grita”, añadió.

“Aquellos, como Bartimeo, tienen fe, porque reconocerse necesitados de salvación es el mejor modo para encontrar a Jesús”.

Por último, el Papa agradeció a los padres sinodales por el camino común.

“Queridos hermanos sinodales, nosotros hemos caminado juntos. Les agradezco por el camino que hemos compartido con la mirada dirigida al Señor y a los hermanos en la búsqueda de los senderos que el Evangelio indica a nuestro tiempo para anunciar el misterio del amor de la familia.

Proseguimos este camino que el Señor desea. Rogamos a Él una mirada sanadora y salvadora, que sepa difundir la luz, porque recuerda el brillo que lo ha iluminado. Sin hacernos jamás cegar por el pesimismo y por el pecado, busquemos y veamos la gloria de Dios, que resplandece en el hombre viviente”.

Jesús sacerdote que escucha, ve y se detienen ante quien sufre

La compasión de Dios, la paternidad y la revelación en su hijo, Jesús, han sido las lecturas del evangelio del domingo. El Pontífice reflexionó sobre las palabras de Jeremías sobre la salvación del pueblo. “Dios cambiará la prisión, en libertad”.

En la homilía repasó el Salmo (125,6). Y nosotros, “Padres, hemos experimentado lo            que significa sembrar con cansancio, a veces en las lagrimas, y alegrarse por la gracia de un cultivo que siempre va más allá de nuestras fuerzas y capacidades”.

Así presentó la figura de Jesús sacerdote que “toma parte a nuestras debilidades”, excluso el pecado. ¿Que quieres que yo haga por ti? (Mc 10,51). “Podría parecer una petición inútil: ¿que cosa podría desear un ciego sino la vista? A pesar de ello, con este interrogativo hecho tu a tu, directo y respetuoso, Jesús ha demostrado querer escuchar nuestras necesidades”.

El Papa indicó a Jesús que cree en la fe de los hombres (en este caso de Bartimeo), “Tu fe te ha salvado” (Mc 10,52). “Jesús cree en nosotros, más de cuánto creemos en nosotros mismos”, añadió.

De hecho, “solo Jesús le da la fuerza al hombre para enfrentar las situaciones más graves”, añadió.

El Papa indicó que al final Bartimeo, el ciego que recobró la vista gracias a Jesús. “No solo recobra la vista, sino que se une a la comunidad que aquellos que caminan con Jesús”.

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Evangelización y Formación Cristiana Católica